Eficiencia, clave para convertir el agua en alimentos

El agua es esencial para el ser humano. No solo porque sin ella, no vive; sino porque, sin ella tampoco tiene alimentos. Porque lo que hacen los agricultores es convertir el agua en alimento. 

Pero,  como bien saben los agricultores de casi todo el país, el agua es cada vez más escasa. Ya no solo no corre por los canales o ríos, sino que las napas subterráneas bajan su nivel obligando a perforar pozos cada vez más profundos. Por ello, hoy el riego adquiere cada vez más importancia. Sin importar el tamaño del predio ni qué se produzca, debe ser eficiente. 

¿Qué significa eficiencia? Entregarle a la planta la cantidad justa que necesita -ni más ni menos- para que pueda expresar todo su potencial y mantener o mejorar el rendimiento y la calidad. 

Entonces, ¿cómo hacerlo cuando si ya no hay suficiente agua? A través de la tecnología. Es cierto, tecnificar significa recursos, pero no siempre son de alto costo. La amplia diversificación de sistemas que existen hoy en el mercado permite encontrar opciones para las distintas necesidades y bolsillos. 

Además, en el país, existen diversas alternativas para conseguir recursos o financiamiento, ya sea a través de la Comisión Nacional de Riego; el Indap u otros programas que buscan apoyar la transformación hacia un riego más eficiente, tanto de  proyectos individuales como colaborativos.  

Es importante, eso sí, que antes de realizar cualquier inversión se tenga clara toda la información posible, pues no es lo mismo regar frutillas, que papas, cebollas o lechugas. Además, cada campo, tiene diferentes tipos de suelos; diferentes pendientes; diferentes tipos de agua.  Contar con esa información y con el apoyo de un especialista, podría significar un ahorro importante.  De hecho, es tan importante que hoy el tema se ha transformado incluso en el foco de algunos gigantes tecnológicos, como Microsoft. 

Para que el agua siga alcanzando, e independiente del sistema de riego que se use, es esencial hacer un plan de riego que vaya más allá de decidir a qué hora se larga el agua. Lo importante es planificar cómo usar esa agua de manera más eficiente: ¿con un tendido subterráneo, que permita que haya menos pérdidas? ¿Utilizar sensores que nos digan cuánta agua consume la planta y cuánta evapora? ¿Sembrar o plantar en qué sentido para que el agua no corra tan rápido?  

Y también, una vez que se elige el sistema que se utilizará, capacitarse en su uso, porque no se trata solo de apretar un botón o de abrir una compuerta. Una buena capacitación permitirá que la inversión en riego rinda efectivamente los frutos que se buscan. Y, además, permitirá que se vaya reuniendo cada vez más nueva información para que las decisiones futuras sean también más eficientes. 

Además, no hay que olvidar que hacer un uso eficiente del agua ayudará no sólo a seguir contando con los alimentos que todos necesitamos; sino que se estará disminuyendo el impacto de la producción alimentaria sobre el medioambiente.

Patricia Vildósola Errázuriz, Periodista
June 29, 2022